Yoga y Meditación para mantener el estrés a raya

Seguramente más de uno de nosotros tiene asimilado que la práctica de Yoga y Meditación sirve o tiene como uno de sus objetivos principales rebajar e incluso eliminar cualquier rastro de eso que llamamos estrés.

¡Ay! Cuánto estrés.

 

Seguramente más de uno de nosotros tiene asimilado que la práctica de Yoga y Meditación sirve o tiene como uno de sus objetivos principales rebajar e incluso eliminar cualquier rastro de eso que llamamos estrés.

 

Casi podríamos llegar a pensar incluso que son esos síntomas los que siguen alimentando paradójicamente  la existencia de escuelas de esta disciplina, así como la de otras actividades que normalmente metemos en el cajón de todo lo que es ocio.

 

Y aunque Yoga y Meditación son, como ya hemos dicho en otras ocasiones, artes que unen nuestros cuerpos físico, mental y espiritual, sí es cierto que percibimos durante su práctica un alivio importante sobre los efectos de esa “enfermedad” precisamente por esa unión.

 

¿Cuándo el estrés se convierte en perjudicial?

 

En su justa medida el estrés no es malo, nos impulsa a salir de situaciones alarmantes, pero como todo sí lo es cuando está desproporcionado, cuando la alarma está encendida todo el rato. Al igual que el miedo, muy asociado a él, por cierto, también es necesario, de otro modo cruzaríamos las calles sin mirar y por cualquier sitio.

 

Así pues, lo real sería vivir en una civilización que respetase más nuestros ritmos vitales manteniendo una atención a nuestra integridad física, mental y espiritual, de otro modo el estrés seguirá alimentándose de más estrés, es su forma de vivir.

 

Pero vamos a lo nuestro: ¿Qué tiene el Yoga y la Meditación para mejorar nuestro nivel de estrés?

 

Yoga y meditación para aliviar el estrés

 

En primer lugar, sólo con pararnos a extender el antideslizante ya hemos cortado la dinámica de hacer cosas a toda marcha.

 

A partir de ahí tenemos que hacer un “trabajo”, que no es otra cosa que observar, que observarnos a nosotros mismos, incluso dentro de una sala en la cual compartimos espacio con otros practicantes.

 

Esa observación nos lleva a sentirnos, a concentrarnos en lo que va sucediendo: si estamos aún inquietos o no, si nos duele algo que ni sabíamos de su existencia o no, si la persona de al lado está como a mí me gustaría o no, si el profesor o profesora me es simpático o empático o como lo quiera llamar o no lo es, etc.

 

Y, claro está, todo ello nos conduce a la atención plena, a escuchar, a intentar concentrarnos y ejecutar las indicaciones que se nos dan.

 

De este modo ya vamos conquistando un equilibrio entre las dos ramas de nuestro sistema nervioso autónomo que es el que trabaja por su cuenta, para entendernos, y que realiza casi la totalidad de todas nuestras acciones.

 

Sin darnos cuenta el sistema parasimpático se va posicionando sin desplazar al simpático, con respeto, enseñándole con humildad que es mejor estar en equipo.

 

Posturas de Yoga y Meditación para soltar el estrés

 

Savasana

 

 

Para mí, la postura más interesante, y posiblemente para nuestra cultura la más difícil, es Savasana, que se traduce como postura del cadáver, entendiendo que en ella nuestra consciencia está percibiendo la soltura y abandono de todo lo que nos ata (casi nada).

 

Es muy sorprendente ver cómo cada persona se tumba en el suelo de un modo diferente.

 

El Yoga  con sus posturas, sus técnicas respiratorias y la Meditación nos van a ayudar a ser más armoniosos, si lo practicamos con honestidad, y nos va a enriquecer a todos.

 

Es un gran avance que dichas disciplinas están ya al alcance de muchas personas, y estamos comprobando que desde ahí ya está naciendo una nueva conciencia.

Jose Sanguino