ESPACIO DE YOGA Y MEDITACIÓN
Los creadores de Yoga Space

Yoga Space, espacio dedicado al yoga y la meditación, nace de una idea pura en el momento bello y transformador en el que una vida termina y otra comienza.
Beatriz todavía amamanta a su bebé de 1 año mientras busca un local asequible para abrir una escuela de yoga.
El 9 del 9 de 2009 abre sus puertas sin alumnos, ofreciendo una clase gratuita de prueba en una luminosa sala de 30 m2 en la Gran Vía de Majadahonda, escondida detrás de una entrada oscura.
Una escuela de yoga como un barquito que, en medio de un océano, atraviesa varias tempestades que abruman a su tripulante a lo largo de 6 años: la crisis económica y las dificultades familiares y financieras hacen de esta travesía una experiencia muy difícil para una capitana sola. La ayudan a mantenerse en pie la valiosa presencia de algunos alumnos y amigos, compañeros de camino, y por supuesto, la medicina y el sustento que son el Yoga y la Meditación.
Es una nave Argo de buena madera, protegida por la gracia y el milagro del Cosmos, de Dios, de los Dioses, de los Ángeles y los Budas que emanan en forma de gaviotas, palomas y delfines. Y humanamente sostenida por un inmenso amor y trabajo.
Y aunque el barco se va hundiendo porque la tripulación está exhausta y no hay más víveres que el oxígeno, Yoga Space se salva en un segundo local en el Zoco de Majadahonda. Los metros se duplican en una sala oscura de 60 m2, con una entrada luminosa bajo una palmera, el árbol preferido de Beatriz, que reza al cielo “¡Necesito un buen socio!”, mientras achica un montón de agua en la cubierta.
Atenea, bajo la forma de una Luna, la escucha y exclama: “¡Hágase!”. Entonces esa luz al final del túnel y esa voz que dice “Regresa, todavía tienes mucho que hacer en esta vida” toma la forma de Jose, un Mago disfrazado de profesor de Iyengar, kinesiólogo y osteópata, padre de familia de mujeres, que se sube al barco con gran ilusión dotándolo de relucientes velas, un nuevo motor, y su gran estabilidad y capacidad de trabajo.
Leyre, Elfa mágica que, en medio de una crisis vital, aparece un día iluminando con bella discreción en el local de Gran Vía, encuentra refugio y sanación en el Yoga, para luego desaparecer. Tiempo después, regresa de Rivendel para trabajar en Yoga Space, realizando en pocas horas innumerables prodigios. Beatriz ya no lleva sola el velero y disfruta de un espléndido socio y un hada, que son maravillosos compañer@s y amig@s.
Eva, matriarca poderosa y genia del bricolage, que un día aparece en el local de Gran Vía para practicar yoga con sus dos hijos pequeños, para luego desaparecer, reaparece años más tarde en el local del Zoco para practicar yoga, embarazada de su tercera hija. Siente el suelo frío bajo sus pies descalzos en las clases matinales de los lunes de invierno, y escucha a Beatriz que dice: “Para mi próxima reencarnación me pido una sala con suelo radiante”. Y Eva piensa para sus adentros: “¡Hágase!”.
Días después, al salir de una clase, Eva propone a José y a Beatriz unirse a su nuevo proyecto: Ecoencuentro. Ha encontrado un local precioso en el Monte del Pilar que requiere una reforma total a la que tirarse de cabeza, para abrir una tienda ecológica y un restaurante saludable. ¡Y hay espacio para Yoga!
José y Beatriz le responden: ¡Hágase!
El 9 del 9 del 2019 Ecoencuentro Restaurante saludable y Tienda Ecológica abre sus puertas y Yoga Space está ahora en una sala de 90 m2 con grandes ventanales al monte y una entrada luminosa. Los Budas emanan en forma de ovejas, cabras y su pastor, y la música de sus cencerros suena como cuencos tibetanos.
Una bellísima secuencia de evolución de la Tabla del Tres: 30…60…90 m2.
El Cielo es el límite.
Beatriz Gómez Medina

Nací en Córdoba y crecí en Madrid. Desde muy pequeña sentí siempre un profundo anhelo de contribuir a la felicidad de las personas.
A los 18 años comencé a trabajar en producción audiovisual, mientras estudiaba Filología Alemana.
Tenía 21 años cuando asistí por primera vez a un curso de yoga para principiantes. Acudí sin saber porqué. Me sentí desconcertada y torpe, como nos sentimos todos cuando empezamos algo nuevo. Por eso me encanta acompañar a las personas cuando comienzan yoga.
Practicaba yoga para sentirme mejor en un entorno laboral creativo y estresante. Me entregaba a mi trabajo y a la vez sentía que debía dedicarme a algo que aportara bienestar directo a las personas.
Un día me vino como un destello la idea de formarme como profesora de yoga. Y “por un azar que no busco comprender”, el lugar dónde empecé mi formación, Yoga Center, ocupaba exactamente el mismo espacio en el que tiempo atrás yo había trabajado como productora para Universal Studios Networks.
A lo largo de 18 años formé parte de la producción de programas de televisión sobre cine y cultura. Viajé a Festivales de Cine, viví hermosas experiencias y conocí a personas extraordinarias.
Un día decidí dejar mi puesto de trabajo como jefa de producción con la intención de dedicarme al yoga. Todas las puertas se me abrieron para enseñar, los caminos se abren cuando uno sigue su corazón.
En mi último trabajo audiovisual uní yoga y televisión en el guión y la dirección técnica de una serie sobre Yoga en la Ciudad de Madrid.
A lo largo de 2009, mientras todavía amamantaba a mi bebé de un año, gestaba a Yoga Space, que vio la luz por primera vez en una pequeña sala del centro de Majadahonda.
Tengo la suerte de codirigir esta escuela junto con mi socio José Luis Sanguino, quien en 2016 se subió a este velero en medio del océano, dándole un nuevo y maravilloso impulso.
Tengo 51 años y llevo 16 enseñando yoga y meditación, después de formarme durante años en diversos métodos de Hatha Yoga, entre ellos Anusara y Yoga prenatal. La práctica de la meditación y el yoga sostienen mi día a día, y son medicina y néctar para mí. Me siento afortunada de poder ofrecer este espacio para compartir y transmitir a otras personas la esencia del Yoga.
Jose Sanguino García

Antes de comenzar a narraros mi andadura en el Yoga quiero agradecer a Juana, mi pareja desde hace más de veinticinco años y con la que comparto dos hijas ya mayores de edad, el impulso que me dio para iniciarme en esta disciplina.
Comencé a finales de los noventa y siempre he sido fiel al mismo estilo: el método Iyengar, que he aprendido desde entonces en el Centro de Yoga Iyengar Madrid-Sol, bajo la tutela de su director Patxi Lizardi.
A comienzos de los años dos mil pasé al nivel IV, el más alto como practicante, además de participar durante cuatro veranos completos e ininterrumpidos en los correspondientes intensivos, llegando a profundizar plenamente dentro de este método de Yoga.
Con cierta frecuencia he asistido también a distintas convenciones en donde he podido recibir la enseñanza de diversos profesores y maestros, tanto de India (Pune) como de EE.UU.
Desde que comencé a practicar Yoga surgió en mí el deseo de conocer más sobre nuestro Yo y enseguida fui completando mi andadura con las siguientes disciplinas:
- Osteopatía estructural (en Thuban);
- Osteopatía Craneosacral (en el British College of Osteopathic Medicine);
- Reflexokinesia® (RK, con Fernando Maldonado Ramos) que es una kinesiología basada en la neurología funcional;
- Sanación cuántica- LNT® con Philippe y Romaine Schwiderski. Os recomiendo el post Sanación cuántica y energética dónde cuento mi unión con esta disciplina.
Este conocimiento me permite desarrollar también mi faceta de terapeuta con la confianza que me van dando ya unos cuantos años de experiencia.
Por último, pero no por eso lo menos importante, deciros que estoy muy contento de formar parte de esta escuela de Yoga y Meditación con todos sus profesores, y de la soy director junto a Beatriz desde el año 2016.
Es un lujo haber encontrado un lugar en el que poder realizar, expresarme y compartir lo que desde el cielo se me ha dado.
Sobre Yoga Space

Te invitamos a entrar en nuestro espacio de Yoga y Meditación, donde vas a encontrar un lugar completamente reformado, acogedor y elegante.
Vas a acceder por un pasillo luminoso que da entrada a cada una de las dependencias de que disponemos.
En primer lugar, nuestra acogedora recepción que en uno de sus lados tiene una cristalera en comunicación visual con el restaurante.
Después pasas a dos vestuarios amplios, uno para yoguis y otro para yoguinis, con sus bancos, sus taquillas individuales y dos duchas en cada uno de ellos.
Desde ahí, te diriges a la sala de práctica, un espacio de algo más de 90 m2 que tiene como atractivo un enorme ventanal desde el que contemplas gran parte de el Monte de El Pilar mientras estás practicando, además de disponer de todo el material necesario para tu sadhana: mantas, sillas, cinturones, ladrillos de corcho, bolsters, columpios Iyengar y espalderas.
La sala de práctica tiene ventilación natural, además de rejillas por las que se recicla el aire cada 15 minutos, aire acondicionado y calefacción, así como suelo radiante. Todo para que puedas centrarte en tu práctica.
Por último, comentarte que disponemos de una biblioteca con más de 60 títulos con la idea de que puedas profundizar en los distintos estilos que desarrollamos en nuestra escuela así como en la filosofía y espiritualidad que los arropa.
Tenemos el placer de compartir espacio con Ecoencuentro, un restaurante y tienda de productos ecológicos que también imparte actividades.



Te invitamos a entrar en nuestro espacio de Yoga y Meditación, donde vas a encontrar un lugar completamente reformado, acogedor y elegante.
Vas a acceder por un pasillo luminoso que da entrada a cada una de las dependencias de que disponemos.
En primer lugar, nuestra acogedora recepción que en uno de sus lados tiene una cristalera en comunicación visual con el restaurante.
Después pasas a dos vestuarios amplios, uno para yoguis y otro para yoguinis, con sus bancos, sus taquillas individuales y dos duchas en cada uno de ellos.
Desde ahí, te diriges a la sala de práctica, un espacio de algo más de 90 m2 que tiene como atractivo un enorme ventanal desde el que contemplas gran parte de el Monte de El Pilar mientras estás practicando, además de disponer de todo el material necesario para tu sadhana: mantas, sillas, cinturones, ladrillos de corcho, bolsters, columpios Iyengar y espalderas.
La sala de práctica tiene ventilación natural, además de rejillas por las que se recicla el aire cada 15 minutos, aire acondicionado y calefacción, así como suelo radiante. Todo para que puedas centrarte en tu práctica.
Por último, comentarte que disponemos de una biblioteca con más de 60 títulos con la idea de que puedas profundizar en los distintos estilos que desarrollamos en nuestra escuela así como en la filosofía y espiritualidad que los arropa.
Tenemos el placer de compartir espacio con Ecoencuentro, un restaurante y tienda de productos ecológicos que también imparte actividades.








La esencia de Yoga Space




6 Razones para practicar Yoga y Meditación en nuestro estudio
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Somos un equipo de yoguis especializados en diferentes estilos de yoga